Para comenzar, hemos de tener el suelo limpio, sin restos de ceras, y totalmente seco. Si tiene demasiada humedad el resultado puede no ser el esperado.
- Agitamos el cristalizador y lo vertemos en un pulverizador de líquidos. El cristalizador ha de permanecer lejos del alcance de los niños, ya que es un producto venenoso. Aconsejamos utilizar guantes par evitar la resecar la piel.
- Instalamos los cepillos de cerdas duras en las poleas, simplemente a presión.
- Colocamos una madeja de aluminio en cada cepillo de cerdas duras. Aconsejamos trabajar en superficies de 1 a 2 metros cuadrados. Cuando esté tratada, pasamos a otro área con la misma superficie.
- Damos una pulverización por cada loseta a tratar.
- Seguidamente inclinamos el bastón de la enceradora hacia atrás y cuando empiecen a girar los rodillos, frotamos la superficie en la que aplicamos el cristalizador. Realizaremos pasadas verticales y pasadas horizontales, así nos aseguramos no dejar ninguna zona sin pasar. Seguiremos con esta operación hasta que el cristalizador seque en el suelo.
- Repetimos la misma operación (pulverizar y frotar) tantas veces como necesite para alcanzar el brillo deseado. Con 3-4 manos de cristalizador, suele ser suficiente para dejar el suelo brillante.
Los kits de aluminio tiene una duración limitada. Comprobará que las madejas se copan de sales blancas, producidas por el cristalizador. Cuando alcancen este punto, les damos la vuelta y aprovechamos la otra cara de la madeja.
Esperamos que esta pequeña explicación aclare sus dudas de manejo, si tuviera alguna otra pregunta, no dude en consultarnos.
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